En los últimos años, hemos sido testigos de la evolución del lenguaje y la forma en que lo utilizamos en nuestros escritos. Uno de los signos más notables de esta transformación ha sido el papel del guion largo, o em dash, que ha caído en desuso en muchas plataformas digitales. Sin embargo, es hora de reivindicar su lugar en la escritura contemporánea y reconocer su valor intrínseco.

El guion largo no es solo un signo de puntuación; es una herramienta poderosa que puede añadir claridad, énfasis y ritmo a nuestras oraciones. Su uso correcto proporciona una pausa efectiva que puede cambiar el sentido de una frase. Por ejemplo, en lugar de escribir “La influencia de la tecnología es indiscutible, y muchos la enfrentan”, al utilizar un guion largo, podemos transformar la frase en “La influencia de la tecnología es indiscutible—y muchos la enfrentan”, donde la segunda parte se siente más conectada y dramática.

A medida que la automatización y las herramientas de escritura basadas en inteligencia artificial, como ChatGPT, se han vuelto más prevalentes, el guion largo ha sido relegado a un segundo plano. Muchos escritores y editores han optado por formas más simples de puntuación, lo que ha conducido a una homogenización del estilo de escritura. Sin embargo, el uso del guion largo puede ser un distintivo de un texto bien elaborado, lo que permite al autor expresarse con mayor sofisticación.

El regreso del guion largo no solo se trata de una preferencia estilística; también es un reconocimiento de su funcionalidad. Es útil para añadir información adicional, crear interrupciones dramáticas o aclarar relaciones entre ideas. Durante años, los escritores han sido guiados por normas de estilo que a menudo desestiman su uso, pero es momento de reevaluar estas directrices y considerar los beneficios que el guion largo puede aportar a la prosa.

En conclusión, la época en que el guion largo se asociaba con herramientas de escritura automatizadas es cosa del pasado. Es el momento de traerlo de vuelta a nuestros textos. Su reintroducción puede enriquecer nuestra escritura, transformar la experiencia del lector y añadir una capa de profundidad y complejidad que caracteriza a la mejor literatura. Por lo tanto, instamos a escritores, editores y lectores a no sólo reexaminar su uso, sino a adoptar el guion largo como un recurso valioso en el arte de comunicar ideas.

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