El pasado viernes, el aclamado director Guillermo del Toro se robó el espectáculo en el histórico Colegio de San Ildefonso, donde presentó su más reciente obra: una adaptación única de Frankenstein. La sala estaba repleta de fanáticos, estudiantes y entusiastas del cine, todos ansiosos por escuchar al maestro del horror y la fantasía.
Entre aplausos y vítores, del Toro comenzó su intervención compartiendo anécdotas sobre el proceso creativo detrás de su versión de Frankenstein. Con su estilo característico, que combina lo oscuro con lo poético, logró cautivar a la audiencia desde el primer momento.
Pero no solo presentó su obra; también compartió un mensaje poderoso sobre su identidad y sus raíces. Con orgullo, declaró: “Hago lo que hago y como lo hago porque soy mexicano”. Sus palabras resonaron con fuerza entre los asistentes, quienes aplaudieron no solo su talento artístico, sino también su compromiso con la cultura y las tradiciones de México.
La atmósfera en el auditorio estaba cargada de emoción. Los fans, muchos de ellos seguidores acérrimos de sus películas, llegaron no solo por su obra, sino para rendir homenaje a un cineasta que ha puesto en alto el nombre de México en la industria mundial del cine. Durante el evento, del Toro también respondió preguntas, revelando detalles sobre sus inspiraciones y sus sueños cinematográficos, lo que hizo que la conexión con su público fuera aún más especial.
Al final de la presentación, Guillermo del Toro recibió una ovación de pie, un reconocimiento al trabajo de toda una vida. Sin duda, su visita al Colegio de San Ildefonso será recordada como un momento destacado en el calendario cultural de la Ciudad de México. La cita no solo celebró una nueva interpretación clásica, sino que reafirmó el legado de un cineasta que continúa desafiando las normas y llevando su voz mexicana al mundo. ¡Bravo, Guillermo!
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