¡Hola a todos! Hoy quiero hablar sobre un tema que ha estado dando mucho de qué hablar en el mundo del entretenimiento y la tecnología. El físico Erik Huesca ha hecho una advertencia muy interesante: la industria de 200 mil millones de dólares no es solo eso, ¡no solo entretenimiento! Huesca la describe como un verdadero colonialismo digital.

Pero, ¿qué significa esto exactamente? La idea es que, mientras el sur global crea talento y consume contenido, la mayor parte de las ganancias se están quedando, sorprendentemente, en el norte. Es un ciclo en el que muchas manos trabajan duro, pero solo unas pocas se benefician realmente.

La industria del entretenimiento es más que una simple fuente de diversión; está reprogramando nuestra forma de pensar, influyendo en nuestra cultura y, en muchos casos, en nuestra identidad. Con cada nueva serie o película que se lanza, nos están dando mensajes que pueden moldear nuestras creencias y valores, ¿pero quién está realmente detrás de eso? ¿Quién decide qué historias se cuentan y desde qué perspectiva?

Además, hay una paradoja aquí: mientras que muchas personas en el sur global están aportando su creatividad, muchas veces no reciben el reconocimiento que merecen. No es raro ver a actores, directores y artistas de estas regiones luchando por hacerse un nombre mientras las grandes corporaciones del norte se llevan la mayor parte del pastel.

Es hora de que se hable más abiertamente sobre este tema. ¿Cómo podemos, como consumidores, ser más conscientes de esta dinámica? ¿Qué papel jugamos nosotros en la perpetuación de este colonialismo digital?

La próxima vez que disfrutes de tu serie favorita o de un nuevo lanzamiento en el cine, piénsalo dos veces. Reflexiona sobre de dónde viene esa historia, quiénes están detrás de ella y a quién realmente beneficia. La conversación no termina aquí, pero es un buen punto de partida. Así que, ¡mantente informado y comparte tus pensamientos! ¡Hasta la próxima!
El físico Erik Huesca advierte que la industria de 200 mil millones de dólares no es solo entretenimiento: es un colonialismo digital que reprograma nuestra forma de pensar mientras el sur global aporta talento y consume, pero el norte captura las ganancias.

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