La inmigración ha pasado a ocupar el centro del debate político en España. Ya no somos una excepción: al igual que en Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Italia, Países Bajos o Alemania, el tema se ha convertido en una de las principales preocupaciones del país. Cada vez más, se imponen discursos racistas y restrictivos. Hoy, la inmigración se menciona en el Congreso, en los parlamentos autonómicos y sí, hasta en las conversaciones de la calle. Sin duda, será uno de los grandes temas en las próximas elecciones.
Los partidos, especialmente los de la derecha, están afilando sus estrategias para sacar votos de este asunto tan espinoso. Pero, ¿es realmente la inmigración un problema o es simplemente una cuestión mal entendida? La presión social parece indicar que es un tema que no solo afecta a la política, sino también a la vida diaria de muchos ciudadanos.
¡Y esto no acaba aquí! La polarización sobre el tema hace que las opiniones se dividan más que nunca. Algunos abogan por una apertura de fronteras y una integración real, mientras que otros claman por medidas más restrictivas y controladas. ¿Cuál es el camino a seguir?
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