La historia de Sami: un reflejo de las realidades migratorias en España

En el mundo actual, las historias de inmigrantes muchas veces nos llegan con un alto contenido de emociones, luchas y resiliencia. Hoy quiero compartir la historia de Sami, un tunecino de 48 años que ha vivido en Galicia durante dos décadas junto a su esposa y sus tres hijas españolas. Su vida dio un giro inesperado en 2022 cuando recibió una orden de expulsión debido a una infracción de seguridad vial y a antecedentes penales, ya cumplidos, de hace diez años.

En 2024, la situación se tornó aún más sombría cuando fue detenido en su hogar y trasladado a un Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE). Sami pasó 57 días internado, un tiempo que lo llevó a tomar decisiones drásticas para evitar ser separado de su familia, incluyendo una autolesión. Aunque finalmente fue liberado, su lucha no había terminado. Solo tres meses después, mientras dejaba a una de sus hijas en el colegio, fue detenido nuevamente y expulsado a Túnez, enfrentando una prohibición de ingresar a España por cinco años, que se redujo a dos tras un largo proceso legal.

La historia de Sami es solo una de muchas, reflejando las complejidades y los desafíos que enfrentan los inmigrantes en nuestra sociedad. Esto lo reafirma el informe Raíces Tras los Muros, que fue presentado recientemente en el Congreso de los Diputados por el Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), el cual expone las difíciles condiciones en los CIE de España. En 2024, se internaron 1,863 personas, la mayoría de las cuales no contaban con condenas previas.

Las historias como la de Sami no solo deben ser escuchadas, sino entendidas y reflexionadas. Cada inmigrante tiene una vida, una familia y un deseo de encontrar un lugar en el que puedan vivir en paz. Aquí en España, es fundamental que aprendamos y trabajemos hacia un futuro más inclusivo para todos.

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