El miércoles pasado, Canadá tomó una decisión que resuena con fuerza en el mundo de la conservación animal: negó la solicitud de Marineland para exportar 30 ballenas beluga a China. Esta medida, impulsada por el deseo de proteger a estos majestuosos mamíferos de la explotación, es un paso importante en la lucha por el bienestar animal.

Marineland, conocido por ser un parque temático cerca de las Cataratas del Niágara, ha estado en el centro de la controversia desde su cierre en 2024. Muchos informes revelan las malas condiciones de vida que sufrían los animales. Desde 2019, se han reportado tristes cifras que indican que 20 orcas y 19 belugas han muerto en sus instalaciones.

La ministra de Pesca, Joanne Thompson, dejó claro que no podía, con buena conciencia, aprobar una exportación que perpetuaría el sufrimiento de estas ballenas. En su comunicado, subrayó: “Las ballenas pertenecen al océano, no a tanques para nuestro entretenimiento”. Un mensaje poderoso que invita a la reflexión sobre cómo debemos tratar a los seres vivos que comparten nuestro planeta.

Actualmente, las 30 belugas que aún permanecen en Marineland son las últimas en cautiverio en Canadá. Este hecho hace que la decisión del gobierno sea aún más importante, ya que se esté buscando proteger lo que queda de su población en el país.

Los inspectores de bienestar animal han estado investigando Marineland desde 2020, y sus hallazgos han sido alarmantes. Relatan que todos los animales en el parque sufrían debido a la mala calidad del agua, un factor crucial en su bienestar. Esto hace que la acción del gobierno sea aún más crucial, marcando un antes y un después en la protección de estas especies.

Además, la historia de Marineland no termina aquí. En 2021, el parque envió cinco belugas al acuario Mystic en Connecticut, pero desafortunadamente, tres de ellas han fallecido para finales de este año. Las noticias no son alentadoras, y cada pérdida representa una llamada de atención sobre la necesidad urgente de cambios en la forma en que manejamos la vida marina.

La decisión de Canadá demuestra un compromiso con la protección de la vida silvestre y nos invita a reconsiderar nuestra relación con los animales que nos rodean. ¿Qué opinas sobre esta medida? Es un gran paso hacia adelante, pero aún queda un largo camino por recorrer en la lucha por el bienestar animal.

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