El gobierno de México ha dado un aviso muy claro este lunes: las lluvias del pasado sábado 27 de septiembre no fueron solo una inusual tormenta. Han dejado su huella en varias áreas del Valle de México, especialmente en Iztapalapa y Tláhuac, así como en Nezahualcóyotl, La Paz, Ecatepec y Los Reyes La Paz. Todo un reto para la infraestructura y la respuesta de emergencia.

Efraín Morales López, el director general de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), describió este fenómeno como algo atípico. ¡Imagínense! La precipitación alcanzó los 75 milímetros, una de las más intensas en décadas. ¡Menuda sorpresa nos dieron las nubes!

Los problemas se multiplicaron debido a la acumulación de basura en los drenajes y el mal estado de la infraestructura por hundimientos diferenciales, lo que llevó a inundaciones y encharcamientos en muchas áreas. Es como si se hubiera ido la luz y de repente todo estuviera bajo el agua.

Durante la conferencia de prensa matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum, se destacó que los equipos de emergencia de la Ciudad de México, el Estado de México y la Conagua se movilizaron rápido para mitigar los daños. Al día de hoy, los niveles de agua en la Ciudad de México ya están casi bajo control. Sin embargo, Nezahualcóyotl aún enfrenta retos en Vicente Villada y Ampliación Vicente Villada, donde hay un puesto de mando conjunto para coordinar la ayuda.

Ante el impacto, la presidenta Claudia Sheinbaum ha ordenado que la Secretaría de Bienestar, encabezada por Ariadna Montiel, lleve a cabo un censo casa por casa para medir los daños y canalizar apoyos a las familias afectadas. Esto es clave para que todos se recuperen lo más pronto posible.

Además, se implementarán acciones de limpieza y saneamiento, incluyendo la desinfección de cisternas y domicilios, tan pronto como el nivel del agua lo permita. ¿No es esta una buena forma de demostrar solidaridad?

“Vamos a buscar la solución definitiva para que estos problemas no sigan ocurriendo de manera reiterada”, continuó Morales López. Sería genial que esto, al final, nos lleve a un sistema más resiliente frente a la naturaleza.

Así que, amigos lectores, lo que está pasando en el Valle de México es una clara llamada de atención. Necesitamos estar atentos a cómo cuidar nuestro entorno y nuestra infraestructura. No cancelemos nuestra responsabilidad. ¡Hagamos que nuestro hogar sea más fuerte!

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